Sábado, ocho de la mañana, suena el despertador, miro por la venta... ¡oh, no! el cielo está gris y chispea. ¡Justo hoy que vamos a dar un paseo en velero!
He de decir que, en un principio, me asustaba la idea de pasar 4 horas en un velero navegando por el imprevisible Cantábrico. Más aún, teniendo en cuenta el tiempecito que nos viene acompañando las dos últimas semanas.
Sin embargo, y a pesar de mis reservas, a las 10am ya estábamos aparcando el coche en el parking del puerto deportivo de Zumaia dispuestos a pasar...¿un rato agradable?
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Puerto de Zumaia |
En el mismo parking, nos encontramos con el patrón del velero, Jon Txonpe, y el resto del grupo que nos acompañará en la excursión, somos 7 personas en total.
Mientras nos dirigimos hacia el embarcadero, Txonpe nos comenta que el viento y el mar están ideales para navegar y que, según sus previsiones, no lloverá y saldrá el sol.
Su seguridad me tranquiliza un poco... solo queda comprobar que el barco no se mueve demasiado.
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Luma |
Subimos al Luma y, después de acomodarnos, soltamos amarras y salimos a la mar.
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Zumaia |
Txonpe iza la mayor y pone rumbo a Mutriku.
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Izando velas |
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Salida del puerto Zumaia |
Las primeras olas que chocan contra el Luma hacen que el estómago me dé un vuelco, pero a medida que avanzamos me acostumbro al balanceo y empiezo a relajarme.
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Navegando por el flysch |
¡Quién me lo iba a decir! Ante el maravilloso entorno, las explicaciones de nuestro capitán, las risas y la calma que se respira, empiezo a disfrutar del paseo. El contraste de los colores de las rocas, los montes, el mar y las nubes es precioso.
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Vista del flysch desde el mar |
Tras dejar atrás este espectacular libro abierto geológico, avanzamos hacia el siguiente pueblo: Deba.
A la altura de este bonito municipio de la costa guipuzcoana, comienzan a abrirse grandes claros en el cielo y sentimos el calorcito de los primeros rayos de sol que se cuelan entre las nubes. ¡Qué maravilla!
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Deba |
Al acercarnos a Mutriku, Txonpe me anima a coger el timón para terminar con mis miedos. ¡Una pasada! Consigo gobernar el barco rumbo al conocido pueblo pesquero y cada vez me va gustando más esto de navegar.
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Rumbo a Mutriku |
Mutriku nos recibe con buen tiempo, nos acercamos al pantalán y aprovechamos para hacer el "hamaiketako" en el propio velero aprovechando el rato de sol.
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Llegando a Mutriku |
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Puerto de Mutriku |
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Disfrutando del "hamaiketako" |
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¡A navegar! |
Tras el ratito de relax en el puerto de Mutriku, desplegamos la génova y la mayor y navegamos a merced del viento. Rachas de hasta 12 nudos nos empujan de vuelta a casa.
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Navegando |
Estoy tan a gusto que, con el mecer de las olas, podría incluso echarme una siesta.
Ahora sí que sí, puedo decir que me ha encantado la experiencia: los sonidos del mar, el viento y el sol en la cara, el olor... pero sobre todo la paz. Como bien dice Txonpe, basta con una pocas horas a bordo para olvidar todo lo que nos preocupa en tierra.
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De vuelta a Zumaia |
Al llegar a Zumaia y bajar del barco, lo tengo claro, ¡quiero más!
Si os apetece vivir una experiencia como esta podéis contactar con Txonpe en su web www.txonpenautica.com o en su perfil de facebook.
Txonpe, además de ser un experimentado marinero y agradable persona, adapta las salidas a lo que os pueda interesar. Además, nos pareció que los precios son más que asequibles.
Txonpe, además de ser un experimentado marinero y agradable persona, adapta las salidas a lo que os pueda interesar. Además, nos pareció que los precios son más que asequibles.
¡Súper recomendable! Os dejo una muestra en vídeo de nuestro paseo:

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