San Juan del Sur
La mañana en que dejamos Granada, madrugamos mucho para "agarrar" tempranito el primero de los buses hasta nuestro siguiente destino: San Juan del Sur. En la estación que hay al lado del mercado municipal, junto a la gasolinera, los autobuses salen cada hora desde las 5,30 A.M.
El billete cuesta 20 ó 30 córdobas por persona (0,59 € ó 0,88€), dependiendo de si viajas con mochila grande o no. El viaje dura aproximadamente 2 h y 30 min.
Al llegar a la bulliciosa estación de Rivas, la última parada, hicimos el transbordo y cogimos otro bus (30 córdobas por persona) que nos llevó hasta el famoso paraíso surfero de Nicaragua!
San Juan del Sur |
Tras dejar las cosas en la mal elegida y poco recomendable Guest House "La Terraza" (un lugar oscuro, muy caluroso y con sábanas que han tenido épocas mejores), nos fuimos a ver la playa que hace tan popular a esta pequeña localidad costera del Pacífico.
De camino hacia el mar, nos dimos cuenta de que había sido un error reservar antes de llegar. El pueblo está plagado de pequeñas pensiones y hostales a buen precio y con muy buena pinta, algunos incluso con piscina! Así que, si vas en temporada baja como nosotros, lo mejor es darse una vuelta por la villa y elegir bien antes de pagar.
Playa de San Juan del Sur |
Como era de esperar en un lugar conocido por ser destino turístico de surferos norteamericanos, encontramos muchas tiendas de surf, hoteles, bares y restaurantes regentados por y para ellos.
A pesar de la amplia oferta gringa, ansiábamos comida nica, por lo que bajamos a la arena a buscar un restaurante nacional, frente al mar.
Después de un generoso plato de nachos y dos enormes burritos (598 córdobas) rodamos hasta la playa y nos dimos un baño en sus azules aguas. Resultó toda una experiencia nadar entre pelícanos que jugaban con las olas y pescaban su merienda. También vimos algún que otro pez de dimesiones considerables merodeando por la zona...
Pelícano |
Habíamos leído que los atardeceres en San Juan del Sur eran de postal, y
nuestras expectativas se cumplieron con creces. Al caer el sol, el cielo y el
mar se tiñeron de un intenso color naranja, ofreciéndonos uno de los espectáculos naturales más bellos.
Atardecer en San Juan del Sur |
Atardecer en San Juan del Sur |
Atardecer en San Juan del Sur |
Culminamos el día con unas "Toñas" y unos mojitos en una de las terrazas que asoman sobre la arena (20 y 90 córdobas).
Playa El Remanso
Al día siguiente, queríamos visitar alguna de las playas salvajes cercanas. Nuestra intención no era la de hacer surf, sino más bien conocer un lugar poco concurrido donde pudiéramos bañarnos a placer.
Preguntamos a varias personas y nos comentaron que la mejor opción era Playa Hermosa. Casualmente, estaba cerrada para Bear Grylls; estaban grabando un capítulo de "El último superviviente". Volvimos a preguntar y nos decantamos por playa El Remanso.
Si lo que queréis es coger buenas olas, debéis ir a Playa Maderas. Casa Oro Hostel gestiona una serie de camionetas para llevar a los turistas.
Preguntamos a varias personas y nos comentaron que la mejor opción era Playa Hermosa. Casualmente, estaba cerrada para Bear Grylls; estaban grabando un capítulo de "El último superviviente". Volvimos a preguntar y nos decantamos por playa El Remanso.
Si lo que queréis es coger buenas olas, debéis ir a Playa Maderas. Casa Oro Hostel gestiona una serie de camionetas para llevar a los turistas.
Por nuestra parte, tuvimos que negociar con un taxista el precio del transporte de ida y vuelta. El hombre nos llevó hasta nuestro remoto destino y prometió volver a buscarnos a una hora acordada...
Playa El Remanso |
Chiringos de playa El Remanso |
Pudimos disfrutar de unas cuantas horas de sol, mucho sol, relax y olas; sí, aquí también había buenas series. Nuestra paz solo fue perturbada durante un rato por un grupo de jóvenes nicaraguenses que se dedicó a rodar a toda velocidad con su quad por la arena. Algo que, según comprabamos a lo largo de nuestras vacaciones, es muy común y está permitido.
Nosotros disfrutamos cogiendo las olas a pelo, pero en una parte de la playa, colonizada por americanos, existía la posibilidad de alquilar tablas para surfear.
A las 16h, nuestro amable taxista estaba esperándonos en el lugar acordado y volvimos, sanos y salvos, a San Juan del Sur.
Nosotros disfrutamos cogiendo las olas a pelo, pero en una parte de la playa, colonizada por americanos, existía la posibilidad de alquilar tablas para surfear.
A las 16h, nuestro amable taxista estaba esperándonos en el lugar acordado y volvimos, sanos y salvos, a San Juan del Sur.
San Juan del Sur |
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