martes, 30 de diciembre de 2014

Diario de "Mochileros en Nicaragua"- Cap. 5/ Solentiname: "la antesala al paraíso"

Depués de cuatro maravillosos días en Ometepe, iniciamos el viaje hacia el prometedor archipiélago de Solentiname. Según habíamos leído, las 36 islas, o islotes, que lo componen están habitadas por apenas 735 personas. Es un lugar tan mágico que el popular sacerdote y escritor Ernesto Cardenal, lo denominó como "la antesala al paraíso".
Así que, a pesar de lo complicadillo que es llegar hasta allí, no podíamos dejar de visitarlo!
Solentiname
En Altagracia (Ometepe) cogimos un ferry nocturno que nos llevó directamente a San Carlos, el pueblo/puerto en la desembocadura del río San Juan.
El billete cuesta 161 córdobas. Conviene alquilar una perezosa (hamaca) en cubierta para evitar pasar la noche en el "camarote" popular con el aire acondicionado y el sonido de la TV a tope; 30 córdobas bien invertidas.

Eso sí, las perezosas están al aire libre. Se agradece tener a mano un saco-sábana y algo de abrigo porque la brisa nocturna del lago es bastante fresquita. Ah! y si se pretende dormir algo, resulta vital llevar tapones. El ronroneo del motor no es sedante, precisamente. 

Nota: los horarios y días de salida de los ferrys a San Carlos se han modificado, así que ojo con lo que pone en vuestra guía. Actualmente, salen los jueves a las 9 p.m. y los lunes a las 6 p.m.

Actualización a 23/08/2017: Según una lectora del blog que está de viaje por Nicaragua, actualmente no existen barcos que enlacen Ometepe con San Carlos.

Ferry a San Carlos
Ferry a San Carlos y perezosas

SAN CARLOS

A las 5 a.m llegamos a San Carlos. Después de preguntar a varias personas en el muelle, nos enteramos de que, en contra de lo que ponía en la Lonely Planet, había pangas (barcas) diarias a Solentiname.

Esa fue la noticia positiva. La negativa fue que, después de una noche sin casi pegar ojo, teníamos que esperar hasta la 1p.m. en el "encantador" pueblo de San Carlos... yuhuu!
San Carlos
San Carlos
Nos dio tiempo a desayunar, dar una vuelta por la villa, pillar un rato de wifi en la plaza de la Iglesia (cortesía del gobierno Ortega), visitar el ajetreado mercado, probar alguna que otra delicia desconocida para nuestros paladares y quedarnos casi dormidos mientras, por fin, esperábamos a montarnos en la panga, al tiempo que la llenaban de mercancía. Mucha mercancía, muchísima!!

Por delante teníamos casi tres horitas de trayecto. Bajo techo, eso sí; cosa que más adelante comprobamos que es un lujazo!
Panga a Solentiname
Panga
Nota: en la actualidad, tanto el colectivo (barca lenta utilizada por los autóctonos: 90 córdobas, mil paradas y 2 horas de viaje), como la panga rápida (10$ y media hora de viaje), hacen a diario el trayecto de ida y vuelta de Solentiname-San Carlos.

SOLENTINAME

Tras aproximadamente 1 hora de viaje, comenzamos a navegar entre las islas e islotes que forman el archipiélago de Solentiname. El amable patrón del barco nos comentó que la mayoría están deshabitadas y que en algunas viven únicamente una o dos familias.
Solentiname
Llegando a Mancarrón
Finalmente, llegamos a nuestro destino, última parada: Isla Mancarrón. 
Mancarrón es la isla más grande del archipiélago y la más poblada. En la misma, reside una pequeña comunidad de artistas artesanos caracterizados por su artesanía multicolor y pintura primitivista.
Mancarrón- Solentiname
Mancarrón
Esta isla, junto con la cercana San Fernando, acapara casi la totalidad de oferta hotelera. Bueno, en realidad, hay 2 ó 3 hoteles... la mayoría de los alojamientos se encuentran en casas de autóctonos que alquilan habitaciones a un precio muy económico.

Nosotros habíamos reservado una de las cabañas del hospedaje "La Comunidad". 40$ por noche con pensión completa. Muy caro para ser Nicaragua, pero su ubicación a orillas del lago y la tranquilidad extrema del entorno, bien los valen. Además, una parte del coste se destina al mantenimiento de la biblioteca popular, la escuela, el museo arqueológico, la iglesia y el santuario de aves en la isla Zapote, entre otros.

Hospedaje La Comunidad
Hospedaje "La Comunidad"

Después de descansar y de una rica merienda-cena nos fuimos a conocer el pueblo antes de que anocheciera; por las noches no hay luz ni farolas, salvo en algún hotel. Ah! y creo que no lo había mencionado hasta ahora pero, olvidaos del agua caliente en Nicaragua! Más aún en las remotas islitas de Solentiname.
Cena en Hospedaje La Comunidad
Cena y TOÑAS en "La Comunidad"
El pueblo cuenta con una pequeña y colorida iglesia que fue fundada por el ya mencionado Ernesto Cardenal. Hay alguna tienda-bar, una estupenda biblioteca (único punto en el que hay acceso a wifi) y muchas casas en las que se venden artesanías.
Mancarrón- Solentiname
Muelle e Iglesia
Ya por la noche, pasó a saludarnos y a charlar con nosotros Doña Esperanza. La encantadora administradora de La Comunidad. Esposa de un valiente ex-guerrillero y luchadora eterna por su pueblo y el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Del auténtico FSLN. 
Nos habló de las guerras civiles continuas que asolaron el país y de la incómoda situación política actual. Además, nos contó el motivo por el cual la isla estaba repleta de pancartas contra el enorme Hotel Mancarrón. No voy a profundizar en el asunto porque es un tema sensible, pero CHORIZOS hay en todas partes...


RESERVA LOS GUATUZOS

En Mancarrón se descansa y se libera la mente. Y, además, se puede disfrutar de la naturaleza más salvaje. 
Aconsejados por la sabia Doña Esperanza, contratamos una excursión a la cercana "Reserva de la biosfera de los Guatuzos" (40$ por persona). Resultó todo un acierto! Así que, después de un delicioso "gallo pinto" que nos supo a gloria en aquél paradisíaco lugar, nos fuimos al embarcadero. Allí nos esperaban nuestro guía y el capitán de una pequeña lanchita que nos llevaría río arriba.
Gallo pinto en Solentiname
"Gallo Pinto"
El trayecto hasta la reserva dura una hora, aproximadamente. El viaje, con las islas Solentiname al fondo y la riqueza del río Papaturro, es un disfrute total. Flora y fauna en estado puro.
Solentiname
Nuestra barquita y guía
En la rivera del Papaturro el agua se torna cobriza, la barca encalla por la escasez de caudal y surge un espeso manglar que nos acompaña durante todo el viaje.

Los Guatuzos
Reserva "Los Guatuzos"

Nada más acceder, vemos las primeras aves.
También enormes iguanas relajándose al sol en las copas de los árboles. Se escucha cerca a los monos aulladores...
El primer caimán pegadito a nuestra barca! Empezamos a flipar!
Más iguanas y basiliscos de todos los tamaños... Huyen de nosotros caminado sobre las aguas ;-)
Otro caimán escondido entre la maleza!
Más basiliscos "milagrosos".
Como colofón final, antes de llegar al centro ecológico los Guatuzos, vimos este enorme ejemplar, de unos dos metros, que vigilaba desde la orilla.
En el centro ecológico nos recibe un guía de la propia Reserva e iniciamos un tour de una hora (8 $). Os puede parecer que todo está demasiado organizado, pero es territorio inhóspito, salvaje y solo se puede visitar una mínima parte. Además, junto con una pareja de ingleses, eramos los únicos turistas.

WARNING!! Además de rociarse con ingentes cantidades de repelente, es totalmente necesario llevar manga larga y pantalón largo. Hay millones de mosquitos esperando para hincarte el diente! o el pico!
Dentro de las instalaciones del centro ecológico, visitamos una zona habilitada para la cría y protección de caimanes y tortugas, un mariposario y una zona para el cultivo de orquídeas. 
El recorrido pasa por una serie de puentes colgantes que permiten apreciar la espesura de la selva y, si se tercia, ver monos más de cerca. Y ya lo creo que se terció! 
El guía divisó una manada de monos de cara blanca y nos quedamos embobados viendo como pasaban columpiándose sobre nosotros de un árbol a otro. Ojo! no son buenos anfitriones y nos acogieron echándonos ramas y excrementos...

Como despedida, nos encontramos con esta enorme y venenosa tarántula peluda... argggg!
Después de esta inolvidable experiencia, volvimos más que satisfechos a Mancarrón. 
Allí pasamos, junto a Doña Esperanza, nuestra última y relajada noche antes de partir hacia el remoto y fortificado pueblo de El Castillo. 
Historias de piratas, colonos y barcos de vapor que te contaré en el próximo post...no te lo pierdas!





P.D. Si con las fotos no os he convencido de visitar esta maravilla   de la naturaleza, seguro que este vídeo de Bootsfahrt lo hace.


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